duminică, 29 iulie 2012

Los investigadores anunciaron la fecha en que la vida en la Tierra desaparecerá. "Vamos a llegar al punto crítico"

Terra


La vida en nuestro planeta podrían desaparecer en menos de 100 años, debido a los cambios inreversibile que la actividad humana sobre los ecosistemas. Un equipo de científicos hizo sonar la alarma.Anuncios INTERNET ProTV Anthony Barnosky y la Universidad de Berkeley, California, y su equipo de investigadores dicen que para el año 2100 los ecosistemas de la Tierra llegará a "punto crítico", y las formas de vida desaparecerá.En la actualidad, las actividades humanas están causando cambios en los ecosistemas planeta tan radical, ese efecto será más dramático que al final de la Edad de Hielo.Ahora, todo está cambiando mucho más rápido, dice Anne Moers, la Universidad Simon Fraser en Vancouver:"Nuestro planeta ha pasado de época glacial a la interglacial actual, en unos pocos miles de años. Es como un bebé se convierta en un adulto en un solo año. Y el ritmo se acelera. "Anne dice que, de acuerdo con un reciente estudio publicado en la revista Nature el pecado, entre el 12% y el 39% de la Tierra se convertirá en inhabitables debido a que el cuerpo no puede adaptarse a las nuevas condiciones climáticas."Una vez que haya alcanzado el punto crítico, no hay vuelta atrás. Desafortunadamente, los científicos no se puede definir el punto crítico que cuando se logra", admite Anne Moers.Los ecosistemas no tienen tiempo para adaptarse a estos cambios, especialmente dirigidos a climaterio equilibrio.Los investigadores dan el ejemplo del Sahara, que estaba a sólo 5.500 años, una zona fértil, lleno de vegetación.Los cambios radicales que han ocurrido en la cuenca amazónica y en las zonas donde viven los corales. Selva del Amazonas podría convertirse pronto en la sabana debido a la deforestación.Los cambios importantes si se producen de forma natural y poco a poco permiten la adaptación de las formas de vida e incluso su prosperidad, explican los científicos.Esto sucedió después de los 540 millones de años, cuando la vida en la Tierra se ha ampliado en gran medida, o hace miles de años, el planeta se ha calentado, lo que permite el desarrollo de la civilización humana.Pero ahora la fuerza que produce estos cambios no es natural, pero está representado por las 7 personas milarde. Suelen tener una tercera parte de agua potable disponible en la tierra. Los recursos son también explotados de una manera agresiva.Tasa de extinción de especies es ahora similar a la que durante la extinción de los dinosaurios, y la temperatura media en el año 2070 crecerá a un nivel más alto en la historia de nuestra civilización.Debido a la influencia que tiene el hombre en el planeta hoy en día se geológica sido nombrado "antropocen" y los temores Barnosky que esta vez la gente va a ser testigos y víctimas de los cambios más importantes del planeta."También hubo cambios y versiones anteriores, pero ahora anticipamos puede. Esa es la diferencia entre nosotros y los dinosaurios ".

sâmbătă, 21 iulie 2012

Este año llega el fin del mundo para los mayas



El 21 de diciembre es una fecha marcada en rojo en el calendario de esta civilización, día en el que aseguran que se juntarán cielo e infierno y se producirá la gran hecatombe



Una fecha que este año está marcada en rojo en el calendario, pero en el calendario de los mayas, es el 21 de diciembre. Aseguran que entonces se juntarán cielo e infierno y se producirá el fin del mundo. Por lo que no hay que perder el tiempo. Concretamente son 354 días los que nos separan de ese fin del mundo.
Un apocalipsis defendido por sectas de todo el planeta que el cine no ha dudado en explotar. Anticristos, meteoritos y desequilibrios en el sistema solar. Todo vale para justificar una fecha en la que se acaba la humanidad según una particular interpretación del calendario maya que ya han desmontado arqueólogos y antropólogos.
Su lectura experta dice que no es el final, sino el inicio de una nueva era, tal y como la entendían supuestamente los mayas dentro de su calendario cíclico, una nueva era en la que volvería a la Tierra su dios de la creación y la guerra. Sin embargo, la idea del apocalipsis cala y atrae a Occidente y por eso la maquinaria turística no lo quiere dejar escapar.
El Gobierno mexicano calcula que la profecía traerá en los dos próximos años 55 millones de visitantes a la península del Yucatán, la cuna de esta civilización.
Año prometedor para el turismo en México, pero también en otros países con pasado Maya como Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras. En este último hace once días comenzó una cuenta atrás hasta el 21 de diciembre de este año. Todo dentro de una campaña turística en la que se han implicado de lleno.

luni, 16 iulie 2012

Antiguos mayas preveían que el mundo duraría miles de años más, según experto






Los antiguos mayas no solo no predijeron que el mundo llegaría a su fin en diciembre de 2012, sino que estaban convencidos de que duraría miles de años más, según el epigrafista mexicano Erik Velásquez.
Durante la conferencia magistral "La supuesta profecía maya para el año 2012", el estudioso apuntó hoy que los mayas no vaticinaron el fin del mundo, entre otros motivos porque en su "cosmovisión" no tenía cabida la visión lineal del tiempo que impera en Occidente.
"Nosotros tenemos una mentalidad apocalíptica heredada de la tradición judeo-cristiana. Pero para los antiguos mayas habrá ciclos, nuevos comienzos, pero nunca finales", dijo el estudioso en la ponencia que tuvo lugar en el Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México.
Explicó que la ya famosa profecía maya, que supuestamente sitúa entre los días 21 y 23 de diciembre el fin del mundo y que ha dado lugar a numerosas obras de ficción, se originó a partir de una inscripción hallada en un panel jeroglífico empotrado en un muro, conocido como el Monumento de Tortuguero, en el estado de Tabasco.
En ella, según la traducción de la escritura jeroglífica presentada por el investigador, puede leerse: "Trece b'aak'tuunes habrán acabado (en el) día 4 ajaw 3 k'ank'iin, ello habrá ocurrido"; en referencia a la finalización, según las ancestrales creencias mayas, de la antigua era que dio comienzo en el año 3114 a.C.
"En la cultura maya no existe la idea de una creación absoluta, sino que los elementos que conforman la naturaleza siempre han estado presentes y lo único que sucede es que cada ciertos periodos envejecen y se desordenan, por lo que los dioses tienen que volver a ordenarlos", indicó Velásquez.
Precisamente, el último ordenamiento del mundo considerado por los mayas del que se tiene conocimiento tuvo lugar el 13 de agosto de 3114 a.C., cuando se inició una nueva era de la llamada "cuenta larga" maya, que sería "un camino hacia el infinito, que no tiene principio y que se prolonga por el pasado y el futuro".
Prueba de que los mayas no vaticinaron el fin del mundo en 2012, según el experto, es que la referencia al mes de diciembre del presente año aparece recogida en un solo escrito jeroglífico de los miles que han sido hallados en excavaciones arqueológicas.
Asimismo, Velásquez argumentó que en otros escritos aparecen referidas fechas muy posteriores a la actual, lo que hace pensar que los mayas daban por hecho que "el mundo duraría miles de años más y no pensaban que iba a acabar en 2012".
El registro del tiempo para los mayas era de vital importancia, entre otras razones porque en los idiomas usados, los verbos no tenían marcas de presente, pasado y futuro, de manera que las fechas se convertían en adverbios de tiempo en la escritura jeroglífica, agregó.
Para el experto, los mayas estaban interesados en predicciones, pero asociadas con el futuro a corto o medio plazo y en relación con aspectos que podían afectar a su vida cotidiana, nunca pensando en los pobladores de siglos después.
"Estaban interesados por su supervivencia diaria, amenazada por enfermedades, hambre, etcétera. La gente no rebasaba los 35 años, así que querían saber si iba a llover o iba a haber sequía, no sobre meteoritos o guerras nucleares", dijo.
Velásquez, no obstante, admitió que los mayas quizá llegaron a "tener una idea de cómo podría llegar a degenerar el actual ordenamiento del mundo", pero lo hicieron coincidiendo con el periodo colonial, lo que lleva a pensar que estaban "contaminados" por las ideas "apocalípticas" de la tradición occidental.  

sâmbătă, 14 iulie 2012

Mayas celebran año nuevo, niegan fin del mundo en 2012




Cientos de guatemaltecos e indígenas dieron la bienvenida el miércoles al año nuevo maya por medio de ritos religiosos en el Centro Arqueológico Iximché, en la región central del país.
"Hoy le damos inicio al último año antes del comienzo de una nueva era", dijo Antonino González, un sacerdote de la cultura maya momentos antes de empezar las invocaciones y la música que brindaría tributo a la naturaleza.
En esta ceremonia se inició de igual manera la cuenta regresiva para el 21 de diciembre, fecha conocida por los rumores de que el calendario maya predispuso un final del mundo.
"Los mayas nunca hemos dicho que se acaba el mundo, estos son malos entendidos de personas que no conocen y no son maya", recalcó González.

duminică, 1 iulie 2012

Las Profecías de San Malaquías





La profecía en cuestión, redescubierta por un sacerdote provinciano, era nada más y nada menos que una predicción muy antigua, atribuida a San Malaquías, obispo irlandés que había vivido en el siglo XII, y publicada por primera vez en 1595. Desde entonces, este escrito había hecho correr ya mucha tinta, y tanto los partidarios como los detractores de su autenticidad se dedicaron a defender con fuerza sus posturas a lo largo de varias generaciones. El contenido de la profecía era claro: pretendía dar a conocer el número exacto de papas que habrían de sucederse hasta el fin del mundo. Pero esta profecía de San Malaquías no era la única de esta clase: existieron tres más, menos famosas, pero que constituyen otros tantos testimonios curiosos en torno al tema.
La primera, en la que no consta el nombre del autor, es una recopilación manuscrita que se conserva en la Biblioteca del Arsenal de París. Empieza por el papa Pío II(1458-1464) y fija la fecha del fin del mundo en la época del séptimo sucesor de Sixto V, es decir, en la de Gregorio XV, que murió en 1623.
El segundo libro, llamado "de Escaligero", contiene dos vaticinios bastante oscuros que datan del siglo XIII, y cita como último papa a Urbano VI, que reinó de 1378 a 1389.
La última profecía, por fin, es atribuida a un tal Joannini, y fue impresa en Venecia en 1600; su contenido es tan fantástico como el de las dos anteriores.
Sus autores, por lo demás, eran personas prudentes, y uno de ellos no dudó en terminar su predicción con ciertas reservas, como si quisiera curarse en salud: Por lo demás, el Señor, que tiene entre sus manos las propias estrellas del firmamento, es lo bastante poderoso como para cambiar de opinión, si le place.
Las predicciones de San Malaquías parecen ser de otro tipo: Quizá el éxito y la audiencia que obtuvieron se deban al hecho de que sitúan el fin del mundo en los años cercanos al año 2000. Además, como esta profecía todavía no se ha podido cumplir, ya que quedan dos papas más después de Juan Pablo II, mantiene intacta toda su credibilidad. Todas estas razones sin duda han pesado mucho en el interés que ha suscitado este tema y que sigue suscitando en nuestros días -quizá con mayor intensidad-, dado que la fecha crucial se acerca amenazadoramente.
De todos modos, hay que reconocer que buen número de estas profecías sobre los papas resultan verdaderamente inquietantes por cuanto parecen coincidir de manera asombrosa, a veces casi a la perfección, con la realidad histórica de los distintos reinados pontificios.
Antes de abordar el estudio del texto propiamente dicho, veamos cuál pudo ser su verdadero autor. Malaquías nació en el año 1094, en Irlanda, en la ciudad de Armagh. Cuando todavía era joven quiso hacerse sacerdote, y se puso bajo la dirección espiritual de un piadoso ermitaño llamado Ismar. El obispo de Armagh, impresionado por la santidad de su vida y de sus intenciones, le concedió el sacerdocio. Entonces se dedicó a reformar los monasterios y a restablecer en ellos la disciplina. La intensidad y eficacia de su labor hicieron que a los treinta años accediera al obispado.
Unos años más tarde, se convirtió en arzobispo de Armagh y en primado de Irlanda, que era la más alta dignidad eclesiástica del país. Malaquías puso todo su empeño en vigilar las costumbres de su clerecía y en evangelizar las zonas rurales. Luego, una vez creyó cumplida su tarea, renunció a todos sus cargos y se retiró, por humildad, en la pequeña diócesis de Down. En 1139 realizó un viaje a Roma, y de paso visitó el monasterio de Clairvaux (Claraval), donde entabló una estrecha amistad con el fundador, San Bernardo. En Roma fue recibido con los máximos honores por el papa Inocencio II, y regresó a Irlanda para proseguir su apostolado.
En 1148 regresó a Francia para saludar al papa Eugenio III, que debía trasladarse allí, y tuvo el consuelo de morir en brazos de San Bernardo, quien más tarde redactó una biografía de su amigo donde aludía ya a sus dotes proféticas: Las disciplinas reconocieron que Malaquías gozaba del espíritu de la profecía... Si nos fijamos bien en los hechos llevados a cabo por él, nos daremos cuenta que entre ellos no faltan profecías, revelaciones, castigos de impíos, gracias de curación, conversiones, resurrecciones de muertos... Dios, que lo amaba, lo adornó con todas sus glorias.
He aquí pues atestiguadas las dotes de vidente de San Malaquías, y ello por un testigo muy solvente. Pero esto, ¿equivale a afirmar que realmente fue él el autor de la profecía sobre los papas? Muchos lo creyeron así; otros lo rechazaron. Lo cierto es que nadie oyó hablar de ella antes de 1595, fecha en que fue publicada por primera vez y que se sitúa casi cinco siglos y medio después de la muerte del presunto autor. Parece imposible que ese escrito permaneciera tanto tiempo desconocido.
La obra de 1595 se debía a un monje benedictino de la ciudad de Douai, en el norte de Francia, llamado Arnold de Wyon. Nació en 1554, y se retiró a Mantua (Italia) a raíz de los trastornos políticos y de las guerras que asolaban Flandes. Había escrito ya diversos tratados muy eruditos acerca de la historia de su orden cuando en 1595 editó su Lignum vitae (Arbol de vida), dedicado al rey Felipe II de España, que consistía en una enumeración de los benedictinos que habían sido elevados a la dignidad episcopal.
Tras relatar varios episodios de la vida de uno de ellos, San Malaquías, añade: "Escribió algunos opúsculos. Hasta hoy, no he tenido la oportunidad de ver ninguno, excepto una profecía relativa a los soberanos pontífices. Como es muy breve, y que yo sepa no ha sido impresa todavía, y dado que a muchos les complacería conocerla, paso a copiar aquí su texto."
Siguen entonces 111 pequeños párrafos o divisas que van desde el papa Celestino 11(1143- 1144) hasta un texto que anuncia el juicio final y el fin del mundo bajo el pontificado de un tal Pedro el Romano, el 112° papa después de Celestino II. Recordaremos que el actual Santo Padre es el 110° de la lista de San Malaquías. Esta proximidad del fin del mundo inquietó de tal manera al gobierno de Luis XVIII que decidió impedir la publicación del libro.
Los 74 primeros párrafos, hasta Urbano VII (1590) iban seguidos de un breve comentario explicativo firmado por un erudito dominico español, Alphonsus Ciacconius. especialista en historia del papado. Algunos críticos, posteriormente, apuntaron que era él el verdadero autor de todo el texto, y que habría abusado de la buena fe y de la credulidad de Arnold de Wyon. ¿Qué motivos le habrían empujado a ello? Influir en los cardenales reunidos en cónclave tras la muerte de Urbano VII para que eligieran al obispo de Orvieto, amigo de Cíacconius, el cardenal Simoncelli. Efectivamente, al sucesor de Urbano VII le atribuía como divisa De antiqaitate urbis (de la ciudad antigua), es decir, de Orvieto (topónimo que deriva de Urbs vetus, ciudad antigua).
Es posible, pero no seguro: a fin de cuentas, Simoncelli no resultó elegido, y en estas condiciones debemos preguntarnos qué razones habrían tenido estos eruditos para publicar cinco años después una profecía de circunstancias, y que por lo demás había fracasado.
Además, existe otro hecho innegable: la profecía de los papas, ya desde su aparición, llegó a ser conocida en toda Europa, y suscitó un enorme interés, hasta el punto de que entre los sabios de todas clases que se dedicaron a investigarla, la mayoría creyeron en su autenticidad. ¿Se trataba realmente de la obra del obispo de Armagh, o de un texto fabricado a fines del siglo XVI? Parece difícil optar por una u otra afirmación, mientras no aparezcan pruebas contundentes en un sentido o en otro.
Pero queda por verlo más interesante de todo: la última parte de la profecía, la que se refiere a los papas que fueron elegidos después de la impresión del libro en 1595. Después de esta fecha, efectivamente, no cabe ninguna posible falsificación: no se puede pensar más que en un bromista que habría elaborado sus predicciones una vez acaecidos los hechos.