Es una cámara acorazada excavada en la roca cerca del Polo Norte. Almacenaría semillas de todas las variedades.
En la profundidad del Círculo Polar Ártico está por comenzar el trabajo para construir una gigantesca Arca de Noé helada. Resguardará los cultivos de alimentos que proporcionarán un último bastión en la lucha contra el calentamiento global.
En un año, las primeras semillas de lo que será el hogar para 3 millones de variedades distintas de cultivos agrícolas del mundo estarán seguramente arropadas dentro de las bóvedas de una montaña en el archipiélago de Svalbard.
Allí, al final de un túnel de 120 metros dentro de una montaña, a 80 metros de los niveles del mar estimados si se derrite el hielo polar, y a 18 grados centígrados bajo cero, las muestras permanecerán como si estuvieran en la bóveda de un banco.
"Será el mejor congelador del mundo por varios órdenes de magnitud. Las semillas estarán seguras allí durante décadas", afirmó Cary Fowler, de la Fundación para la Diversidad de los Cultivos Globales de la Organización para la Alimentación y la Agricultura. "Svalbard es un respaldo de seguridad y esperamos no tener que utilizarlo".
El Gobierno noruego está pagando la construcción valorada en US$ 5 millones y la Fundación para la Diversidad de los Cultivos Globales aportará con unos US$ 125 mil anuales que costará su funcionamiento.
"Utilizamos las variedades más viejas porque allí es donde se halla la diversidad genética más amplia; y la diversidad es protección", explicó Fowler.
Svalbard no hallará ni clasificará las semillas. Eso queda para los distintos bancos de semillas alrededor del mundo en la línea frontal de la lucha por proteger la biodiversidad.
Nuevas variedades
La función del Arca de Noé será contener muestras de todas las variedades de cultivos alimentarios por si se producen desastres que golpeen cualquiera de los bancos, como el tifón que destruyó el banco de genes de cultivos agrícolas de Filipinas.
También asegurará una fuente prístina de material de investigación para los botánicos del mundo, que buscan crear variedades de cultivos que sean capaces de soportar cambios masivos en los patrones de precipitaciones y en las temperaturas que pueden venir con el calentamiento global.
Científicos alrededor del mundo predicen que las temperaturas globales promedio aumentarán entre 1,8 y 4,0 grados centígrados este siglo debido a las actividades humanas, poniendo a millones en riesgo por el aumento de los niveles del mar, las inundaciones, hambrunas y tormentas.
"Los cultivos actuales están adaptados al clima actual. Si comienza a cambiar, todo peligra", dijo Fowler. "Quienes cultivan plantas tendrán que diseñar nuevas variedades. Ya tenemos una crisis de agua con la agricultura y el cambio climático la empeorará. Ésta no es sólo una cuestión de trasladar los cultivos hacia el norte. Todo cambia: la luz solar, las temperaturas, los insectos, los polinizadores".
En el Círculo Polar
La colección de semillas piensa no incluir las variedades híbridas modernas porque, en el fondo, ellos ya disponen del material genético para crearlas.
No se ha descartado tampoco incluir a los organismos genéticamente modificados, pero, en cualquier caso, nunca serían más de un pequeña fracción del total.
Las bóvedas en el remoto archipiélago, ubicado a 1.500 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, deberán ser excavadas y revestidas con concreto de un metro de grosor para octubre, para proceder a la instalación de sistemas. Su inauguración está prevista para 2008.
Dentro de dos años deberían estar albergando la vasta mayoría de las variedades de cultivos alimentarios del mundo en un aislamiento espléndido, helado y permanente.
PROTECCIÓN
EN LOS estantes colocarán alrededor de 3 millones de semillas protegidas por plásticos cerrados dentro de cajas de aluminio.
En la profundidad del Círculo Polar Ártico está por comenzar el trabajo para construir una gigantesca Arca de Noé helada. Resguardará los cultivos de alimentos que proporcionarán un último bastión en la lucha contra el calentamiento global.
En un año, las primeras semillas de lo que será el hogar para 3 millones de variedades distintas de cultivos agrícolas del mundo estarán seguramente arropadas dentro de las bóvedas de una montaña en el archipiélago de Svalbard.
Allí, al final de un túnel de 120 metros dentro de una montaña, a 80 metros de los niveles del mar estimados si se derrite el hielo polar, y a 18 grados centígrados bajo cero, las muestras permanecerán como si estuvieran en la bóveda de un banco.
"Será el mejor congelador del mundo por varios órdenes de magnitud. Las semillas estarán seguras allí durante décadas", afirmó Cary Fowler, de la Fundación para la Diversidad de los Cultivos Globales de la Organización para la Alimentación y la Agricultura. "Svalbard es un respaldo de seguridad y esperamos no tener que utilizarlo".
El Gobierno noruego está pagando la construcción valorada en US$ 5 millones y la Fundación para la Diversidad de los Cultivos Globales aportará con unos US$ 125 mil anuales que costará su funcionamiento.
"Utilizamos las variedades más viejas porque allí es donde se halla la diversidad genética más amplia; y la diversidad es protección", explicó Fowler.
Svalbard no hallará ni clasificará las semillas. Eso queda para los distintos bancos de semillas alrededor del mundo en la línea frontal de la lucha por proteger la biodiversidad.
Nuevas variedades
La función del Arca de Noé será contener muestras de todas las variedades de cultivos alimentarios por si se producen desastres que golpeen cualquiera de los bancos, como el tifón que destruyó el banco de genes de cultivos agrícolas de Filipinas.
También asegurará una fuente prístina de material de investigación para los botánicos del mundo, que buscan crear variedades de cultivos que sean capaces de soportar cambios masivos en los patrones de precipitaciones y en las temperaturas que pueden venir con el calentamiento global.
Científicos alrededor del mundo predicen que las temperaturas globales promedio aumentarán entre 1,8 y 4,0 grados centígrados este siglo debido a las actividades humanas, poniendo a millones en riesgo por el aumento de los niveles del mar, las inundaciones, hambrunas y tormentas.
"Los cultivos actuales están adaptados al clima actual. Si comienza a cambiar, todo peligra", dijo Fowler. "Quienes cultivan plantas tendrán que diseñar nuevas variedades. Ya tenemos una crisis de agua con la agricultura y el cambio climático la empeorará. Ésta no es sólo una cuestión de trasladar los cultivos hacia el norte. Todo cambia: la luz solar, las temperaturas, los insectos, los polinizadores".
En el Círculo Polar
La colección de semillas piensa no incluir las variedades híbridas modernas porque, en el fondo, ellos ya disponen del material genético para crearlas.
No se ha descartado tampoco incluir a los organismos genéticamente modificados, pero, en cualquier caso, nunca serían más de un pequeña fracción del total.
Las bóvedas en el remoto archipiélago, ubicado a 1.500 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, deberán ser excavadas y revestidas con concreto de un metro de grosor para octubre, para proceder a la instalación de sistemas. Su inauguración está prevista para 2008.
Dentro de dos años deberían estar albergando la vasta mayoría de las variedades de cultivos alimentarios del mundo en un aislamiento espléndido, helado y permanente.
PROTECCIÓN
EN LOS estantes colocarán alrededor de 3 millones de semillas protegidas por plásticos cerrados dentro de cajas de aluminio.
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