Siempre supimos que Isaac Newton fue un destacado científico interesado en la física y hasta en la alquimia, quien se ha inmortalizado a través de la “Ley de Newton”, pero recién nos llegamos a enterar de que este ilustre hombre de ciencias británico también se hallaba estudiando temas relacionados con las profecías apocalípticas que fueron escritas en la época antigua.
A propósito de una exposición que se llevó a cabo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, se mostraron documentos en donde se hace constar el interés del notable científico por conocer todo sobre el día en que el mundo se extinguirá.
Al parecer, Isaac Newton consideró que existían una serie de conocimientos secretos que se hallaban escritos en forma de códigos dentro de las escrituras sagradas de muchas de las grandes culturas de la antigüedad.
Revisando el material de la exposición se comprobó que Newton se encontraba haciendo algunos cálculos sobre la fecha exacta del fin del mundo, para lo cual se remitía al Antiguo Testamento, expresamente al Libro del Profeta Daniel, llegando a la conclusión de que el mundo vería su fin en el año 2060.
Pero también se puede apreciar que no solamente se remitía a los textos de la Biblia, sino que también utilizaba otras fuentes extraídas de la las liturgias judías o como aquellas que toma del filósofo y médico cordobés, Maimonides.
Esta exposición llevada a cabo en esta universidad lleva el nombre de “Los secretos de Newton” y presenta estos documentos que habían sido donados a la Biblioteca Nacional de Israel por un filántropo en 1969.
Al parecer, las fuentes favoritas desde las que Newton esperaba desentrañar el misterio de las profecías eran la Biblia y el Talmud, textos que eran analizados y revisados con el mismo afán y ahínco con el que realizó siempre su trabajo en la física, sumando a ello su gran fervor religioso que lo llevó a ser considerado una especie de visionario de la ciencia.
A propósito de una exposición que se llevó a cabo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, se mostraron documentos en donde se hace constar el interés del notable científico por conocer todo sobre el día en que el mundo se extinguirá.
Al parecer, Isaac Newton consideró que existían una serie de conocimientos secretos que se hallaban escritos en forma de códigos dentro de las escrituras sagradas de muchas de las grandes culturas de la antigüedad.
Revisando el material de la exposición se comprobó que Newton se encontraba haciendo algunos cálculos sobre la fecha exacta del fin del mundo, para lo cual se remitía al Antiguo Testamento, expresamente al Libro del Profeta Daniel, llegando a la conclusión de que el mundo vería su fin en el año 2060.
Pero también se puede apreciar que no solamente se remitía a los textos de la Biblia, sino que también utilizaba otras fuentes extraídas de la las liturgias judías o como aquellas que toma del filósofo y médico cordobés, Maimonides.
Esta exposición llevada a cabo en esta universidad lleva el nombre de “Los secretos de Newton” y presenta estos documentos que habían sido donados a la Biblioteca Nacional de Israel por un filántropo en 1969.
Al parecer, las fuentes favoritas desde las que Newton esperaba desentrañar el misterio de las profecías eran la Biblia y el Talmud, textos que eran analizados y revisados con el mismo afán y ahínco con el que realizó siempre su trabajo en la física, sumando a ello su gran fervor religioso que lo llevó a ser considerado una especie de visionario de la ciencia.
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